Durante los 525 años de historia de santa Cruz la Real hay una pléyade de preclaros varones en los más variados aspectos. Analizar este legado humano, espiritual y cultural, es tarea casi imposible, contentémonos con la reseña escueta de algunos religiosos insignes.
· Por su acrisolada prudencia brillaron en diversos puestos de gobierno:
- Fray Fernando de Santillana, fray Domingo de Melgarejo, Fray Vicente Ortiz, Fray Juan de Arrieta.
- Fray José Díaz (+1809). Vicario General de la Orden en las Provincias de España y de Indias, cuando estas adquirieron independencia del Maestro General. Falleció en Granada el 24 de abril de 1809.
- Fray Vicente Bernardos de Quirós (1773-1853), examinador sinodal de Granada, Predicador Real, provincial y Vicario General.
· Entre las dignidades episcopales se cuentan:
Fray Alonso de Montúfar Sacristia de la Iglesia de Santo Domingo Granada |
- Fray Alonso de Montúfar (1489-1572), nacido en Loja, profesó en Santa Cruz la Real donde fue profesor cuando fray Luis de Granada era estudiante, confesor de la nobleza y prior. Los marqueses de Mondéjar lo recomendaron a Carlos I, quien, al conocer sus virtudes y sabiduría decidió nombrarlo sucesor de Zumárraga al frente de la Archidiócesis de Ciudad de Méjico, quien había muerto unos años antes y aceptó su nombramiento en 1551. Al poco tiempo de llegar a la Nueva España, el arzobispo Montúfar convocó un concilio provincial en 1555, con el fin de corregir los vicios y el desorden que había cundido en la joven Iglesia tras la muerte del primer arzobispo. En este Primer Concilio Provincial Mexicano, Montúfar exige para los indios derechos y privilegios, como establecer más hospitales, permitirles casarse de acuerdo con su voluntad, etc. Don Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, segundo virrey de la Nueva España, fue un activo colaborador de Fray Alonso, tanto en la protección de los indios (durante su gobierno 150000 indígenas dejaron la esclavitud), como en la expansión de la educación y el cristianismo en el país. En 1565, convocó el Segundo Concilio Provincial Mexicano para implantar las nuevas disposiciones de la Iglesia establecidas en el Concilio de Trento, así como para formar nuevas constituciones para defender a los indígenas. Luego de una larga enfermedad, murió el 7 de marzo de 1572, y fue sepultado, según sus deseos, en el real convento de Santo Domingo de la Ciudad de México.
- Fray Juan de Ladrada (+1613), ingresó en la Orden, en 1555, profesó en el convento de Santa Cruz, profesando el 20 de julio de 1556. De catedrático en su convento marchó de misionero al Nuevo Mundo, evangelizando en muchos lugares hasta que su fama de santidad y sabiduría le hicieron reemprender el camino forzoso de altos cargos, Prior de Tunja, regente de estudios en Santa Fe de Bogotá y Vicario general de la orden en el Nuevo Reino de Granada. Fue designado el 29 de enero de 1597 y consagrado Obispo de Cartagena en 1596, diócesis que rigió durante 17 años. Reconstruyó la catedral destruida por Drake, bajo cuyo altar mayor descansa incorrupto. Estableció el primer coro de niños, regaló a la catedral un palio para ser llevado en las procesiones. Visitó las parroquias de su jurisdicción y después de gobernar 17 años murió el 22 de julio de 1613.
- Fray Francisco de la Cámara y Raya (+1624), también profesor en Santa Cruz, zarpo a América, entregándose a una fecunda labor apostólica entre los nativos, ocupando el obispado de Panamá (1613-1624). Celebró el primer Sínodo Diocesano de Panamá en 1620.
· El camino de las misiones siempre ha sido una sangría constante para santa Cruz. La flor de sus hijos ha sabido andarlo con una generosidad acreedora a los más subidos encomios y ganadora de los más sabrosos frutos apostólicos. Por nombrar algunos citaremos:
- Fray Bernardo de Ocampo: profesó en santa Cruz la Real en 1574, gran predicador, fue prior de su convento. Pasó a las indias occidentales donde fue prior del convento del Stmo. Rosario de Cartagena de Indias, donde fundó la Cofradía del Rosario, y fue su primer capellán. Murió siendo vicario general de la provincia dominicana de san Antonio en Nueva Granada.
- Francisco de Montiel. Profesó en santa Cruz la Real en 1589, pasó al actual Chile donde ocupó diversos cargos tanto en la Orden como fuera de ella, asimismo fue profesor de teología. De vuelta a España fue nombrado visitador de la provincia Bética, pero dejándolo todo regreso a su convento de Santa Cruz muriendo siendo el sacristán.
- Fray Pedro de Alcalá (+1707), Natural de Alcalá la Real, ingresó en Santa Cruz en 1657, catedrático de filosofía, pero anhelando mayores desvelos se trasladó a las Islas Filipinas donde aprendió chino, pasando a aquella tierra, nombrado Vicario Apostólico de Che Hiang, donde se ganó el respeto de todo el mundo, con el sobrenombre de “padre amabilísimo”. Sabiendo que se le nombraría obispo renunció a ello, y al cargo de vicario. Falleció en 1707.
- Fray Ramón Díaz, profesó en Santa Cruz en 1597, poco se sabe de su vida, tan solo que pasó a América donde fue martirizado por los indígenas.
· Tres Santos Granadinos.
Corona de esta legión de misiones insignes que Santa Cruz la Real ha repartido por el mundo son estos tres santos, que como tres antorchas encendidas en la fragua de santa Cruz la Iglesia ha inscrito en el catálogo de los bienaventurados.
San Juan Alcober |
- San Juan Alcober: Nacido en Granada el 21 de diciembre de 1694. Vistió el hábito dominicano en el Convento de Santa Cruz la Real de su ciudad.
Partió hacia Manila, Filipinas, en 1725, donde pasó 3 años. En 1728 llegó a China donde predicó el Evangelio durante 20 años.
En 1741 es vicario provincial de la misión. Apresado en 1746 muere ahorcado el 28 de octubre de 1748, siendo después su cadáver quemado.
Se distinguió especialmente por su eficacia apostólica. Fue beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.
San Francisco Serrano |
- San Francisco Serrano: obispo electo (1695-1748), nació en Hueneja (Granada) el 4 de diciembre 1695. A los 18 años tomó el hábito en el Convento de Santa Cruz la Real de Granada. En 1725 llega a Filipinas y en 1738 a China, donde fue misionero durante más de 20 años. Ya en la prisión, le llega el nombramiento de obispo titular de Tipasa y coadjutor del Vicario Apostólico de Fukien, Pedro Sans, pero no pudo recibir la consagración episcopal. Muere por asfixia, y luego su cadáver fue quemado, el 25 de octubre de 1748. Se conservaron algunas reliquias suyas. Tuvo gran austeridad, devoción al rosario y fervor misionero. Fue beatificado por León XIII el 14 de mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.
Santo Domingo Henares Iglesia de San Pablo Córdoba |
- Santo Domingo Henares: Obispo, (1766-1838). Nació el 19 de diciembre de 1766, en la ciudad de Baena (Córdoba). Siendo niño se trasladó con su familia al granadino barrio del Realejo, inscribiéndose en la Archicofradía del Rosario.
Tomó el hábito de fraile dominico en el convento de Santa Cruz la Real de Granada el día 30 de Agosto de 1783 y profesó un año después.
Asignado a las misiones que la Provincia del Santo Rosario tiene en Extremo Oriente, parte de Cádiz en septiembre de 1785 rumbo a Puerto Rico, Cuba, México y Filipinas donde desembarca el 9 de Julio de 1786.
El 30 de este mismo mes y año se une a los cursos de la Universidad de Sto. Tomás de Manila, en la que concluirá sus estudios, al mismo tiempo que imparte clases de Humanidades. A finales de 1789, se ordena de presbítero y es destinado a las Misiones de Tonkín (hoy al norte del Viet Nam) donde consigue llegar el 28 de octubre de 1790. El 9 de enero de 1802, es consagrado obispo.
Es detenido y preso el 9 de junio de 1838. Después de varios interrogatorios fue sentenciado a muerte. El Rey aprobó la sentencia el 19 de junio y el 25 de ese mismo mes, a la una de la tarde, fue decapitado. Es declarado Beato por León XIII, el 27 de mayo de 1900. Canonizado, por Juan Pablo II, el 19 de Junio de 1988.
· Por su singular virtud descollaron:
- Fray Fernando de Arriola: de origen noble y distinguido, en 1584 ingresó en Santa Cruz la Real, fue distinguido profesor, fue nombrado socio del provincial, y a pesar de su oposición fue prior en los conventos de Alcalá de los Gazules, y de los sevillanos de Monte Sión, Portacelli y Regina, así como el de Jerez, tras lo cual fue nombrado provincial. Regreso a Santa Cruz la Real como prior, donde falleció.
- Fray Diego de Villar. De ilustre origen, profeso en 1571, cursando estudios en el colegio de Valladolid, de regreso a Granada, ocupo catedra en santa Cruz, y fue elegido prior en Lucena y después en Almería. Volviendo a Granada, trabajo infatigablemente para la salvación de las almas.
- Fray Juan de Liebana (+1620). De familia noble y rica, renunció a su primogenitura para ingresar en Santa Cruz la Real, profesando en 1567, en principio tenía costumbres disolutas, pero tras su ordenación sacerdotal, cambio de vida, ofreciendo muchas mortificaciones. Fue nombrado guardián del templo, y todos los días repartía entre los pobres cuantiosas limosnas, llegando un día a dar de comer a 400 pobres. Un día comiendo en el portal del Convento de Santa Catalina, un pobre le pidió una limosna, y él le entrego su comida, y vieron al pobre rodeado de luz y desaparecer. Era devotísimo de la Virgen del santísimo Rosario, cada mes al terminar la procesión claustral, repartía rosarios entre los fieles. Conociendo la fecha de su muerte se comunicó con sus amigos y familiares, a los que siempre había evitado, y pidió al prior, por considerarse gran pecador, se sepultado en la entrada de la iglesia, para que todo el que entrara en el templo despreciara a tan gran pecador. A causa de tanta gente como desfilaba por su velatorio, este duro tres días, siendo enterrado con la asistencia de los cabildos y otras personalidades.
- Francisco Bailón: Tomó el hábito de converso en 1603. Tras sufrir un accidente, para no ser gravoso desempeño el cargo de ostiario en la iglesia, soportando con paciencia la enfermedad que le atormento durante cuarenta años. Resplandeció por su gran caridad con los pobres. Fue muy devoto de la Virgen María y del Santo Rosario. Falleció en su convento a los ochenta años.
· En el campo del apostolado y del púlpito en Granada y contornos alcanzaron un prestigio singular de grandes Predicadores:
- Fray Domingo Martinez. Ingreso en Santa Cruz de Granada en 1548, fue teólogo eminentísimo y elocuente y piadoso predicador. Fue Prior durante doce años. Excepcional en modestia y alejado de los asuntos seglares, raramente salía de los claustros. Su descanso estaba en el coro y pasaba muchas noches en oración ante una imagen de Cristo crucificado en la iglesia.
- Fray Andrés Gómez. Profesó en Santa Cruz la Real en 1610, fraile muy observante, pasaba en la iglesia la mayor parte de la noche, especialmente junto a la imagen del Cristo de la Humildad (desconocemos si sería el mismo que se venera en la actualidad) Murió cumplidos los noventa años, después de una infatigable vida confesando y predicando.
- Fray Agustín Torres (+1617). Ingresó en Santa Cruz la Real en 1586. Excelente predicador, afirmaba que la vida podía más que la doctrina, por lo que su ejemplo predicaba antes que las palabras. Sus sermones ganaba numerosas conversiones. Murió súbitamente mientras predicaba en las dominicas de Úbeda.
- En las cátedras se hicieron famosos muchísimos frailes de Santa Cruz. En la imperial Universidad de Granada, el primero en ser profesor fue Fray Alonso de Montúfar, del que ya se habló. Fray Antonio Barrio, que siguió iluminando la cátedra a pesar de haberse quedado ciego. Fray Diego de Villar, que fue preceptor de teólogos. Fray Manuel, Fray Antonio Sedeño y Fray Juan Escudero fueron catedráticos. Fray Diego Palomino, Fray Juan Luey y Fray Jerónimo Escalona, rectores del colegio – universidad de Santo Tomás de Sevilla. Fray Francisco de Santa Cruz, rector de la universidad de Osuna, que escribió más de veinte volúmenes de comentarios a la Suma Teológica de Santo Tomás. Y por supuesto América y Filipinas, Fray Baltasar de Huertas fue rector de la Universidad de Manila y Fray Jerónimo Mendoza fundador de la universidad de Santa Fe de Bogotá.
· El arte y la pluma también tienen egregios representantes en Santa Cruz, como Fray Francisco Figueroa, maestro consumado de los pinceles, que decoró la capilla del Dulce Nombre de Jesús. Fray Baltasar de Huertas que escribió la historia de Filipinas, fray Francisco Páramo, que escribió la historia de Santa Cruz la Real y un largo etc.
Fray Luis de Granada Escultura de Pablo Loizaga Plaza de Santo Domigno Granada |
Si todos los antes citados, y los que dejamos por citar por ser breves, no hubieran existido, todos los fines del convento de Santa Cruz la Real se cumplen con uno solo de sus hijos, estamos hablando del Venerable Padre Maestro Fray Luis de Granada, uno de los personajes más importantes de la Orden de Predicadores, nacido en el Realejo, en 1504, bautizado, probablemente, en la parroquia de Santa Escolástica, amigo y consejero de Santos. Elegantísimo escritor y predicador. Profesó en el Convento de Santa Cruz la Real en 1525. Finalizados sus estudios iniciales, en 1529, pasó al convento de San Gregorio, de Valladolid, asumiendo el nombre de fray Luis de Granada. Tras diversos avatares, como el frustrado viaje a tierras latinoamericanas como misionero, según era su deseo, se instaló a mediados de los treinta en la tranquilidad de la sierra de Córdoba, en la casa de Escalaceli, fundada por el venerado Álvaro de Córdoba, donde escribió su famosísimo Libro de la oración y meditación, revisado finalmente en Évora (Portugal), donde se trasladó desde principios de 1551. El Libro de la oración y meditación apareció impreso en 1554, en Salamanca. La obra, cuyo valor ascético rivaliza con sus virtudes literarias, motivó la atención del Inquisidor General y el tratado fue puesto en el Índice español de 1559, aunque se siguió editando en el extranjero. Sin embargo, esta obra y su no menos valiosa y hermosa Guía de Pecadores, también incluida en el Índice español, fueron revisadas y aprobadas por el Concilio de Trento, y el Papa Pío IV, probablemente a instancias de San Carlos Borromeo, Cardenal Arzobispo de Milán, gran entusiasta de la obras de fray Luis y defensor de su enseñanza. Junto a su traducción romanzada del Contemptus mundi, hoy mejor conocido como la Imitación de Cristo, de Tomás de Kempis, en 1536, al que consideraba portador de "la ciencia de la salvación que nos induce a vivir y morir como verdaderos cristianos", tradujo y anotó, en 1562, el Libro llamado Escala espiritual, de San Juan Clímaco. En 1557 fue elegido Provincial de Portugal. Al finalizar su período se entregó aún más que hasta entonces a la vida de austeridad y de oración. En 1562 fue reconocido como Maestro de Sagrada Teología de la Orden de Santo Domingo, por su labor en la cátedra de los libros, y ratificado como tal, en 1564. Murió el 31 de diciembre de 1588