El día 12 de diciembre la Iglesia celebra a Ntra. Sra. de
Guadalupe, emperatriz de las Américas, y esta fiesta nos sirve como excusa para
hablar de uno de preclaros hijos de Santa Cruz la Real de Granada, Fray Alonso
de Montúfar OP.
La Santísima Virgen se apareció en el monte Tepeyac, en la
actual Ciudad de México entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, a San Juan Diego indígena chichimeca, a raíz
de las apariciones en el ayate, especie de capa, del indígena apareció
estampada una imagen de Ntra. Sra. que hoy conocemos como de Guadalupe.
Sin embargo no será hasta 1555 en que el arzobispo Fray
Alonso de Montúfar impulsó la devoción, hasta entonces únicamente de indígenas,
y remodelo la ermita y la puso bajo la jurisdicción del clero diocesano. En la actualidad, la Virgen de Guadalupe que
se venera en el monte Tepeyac es conocida en todo el orbe católico.
¿Quién era fray Alonso de Montúfar?
El Ilmo. SR. D. Fray Alonso de Montúfar, nació hacia el 1489
en la ciudad de Loja, en el arzobispado de Granada. Recibió el hábito en el
convento de Santa Cruz de Granada, siendo aún muy joven, pues al mismo tiempo
que cumplió el año de noviciado, cumplió también la edad requerida para
profesar. Leyó artes y teología alcanzando fama de eminente letrado y maestro.
Por su saber y por su prudencia, mereció ser electo prior de su Orden, y
reelecto un año después. Consultábanle en las cuestiones más arduas, personas de
calidad, abogados, y litigantes, que en gran concepto le tenían, y era el
confesor de la nobleza granadina. A esto último se debió su presentación al
arzobispado de México.
Los marqueses de Mondéjar eran del número de las personas
que se confesaban con Fray Alonso, y por ellos supo el emperador Carlos V lo
que aquel virtuoso y sabio dominico merecía. Vacante estaba la sede mexicana
por la muerte del Sr. Zumárraga que no llegó a gobernar más que como obispo, y
era preciso presentar a su sucesor, o más bien al que debía ser el primer
arzobispo de la metropolitana. Aceptó el arzobispado el Sr. Fray Alonso de
Montúfar deseoso de favorecer a los indios y llevar adelante su enseñanza en la
doctrina del Evangelio.
Arzobispo de Ciudad de México
Retrato de Fray Alonso de Montúfar Sacristia de la Iglesia de Santo Domingo de Granada |
Al poco
tiempo de llegar a la Nueva España, el arzobispo Montúfar convocó a un concilio provincial en 1555,
con el fin de corregir los vicios y el desorden que había cundido en la joven
Iglesia tras la muerte del primer arzobispo.
En este Primer Concilio Provincial Mexicano, Montúfar exige para los
indios derechos y privilegios, como establecer más hospitales, permitirles
casarse de acuerdo con su voluntad, etc.
Don Luis de Velasco y Ruiz de
Alarcón, segundo virrey de la Nueva España, fue un
activo colaborador de Fray Alonso, tanto en la protección de los indios
(durante su gobierno 150000 indígenas dejaron la esclavitud), como en la
expansión de la educación y el cristianismo en el país.
En 1565,
convocó el Segundo Concilio Provincial Mexicano para implantar las nuevas
disposiciones de la Iglesia establecidas en el Concilio de Trento, así
como para formar nuevas constituciones para defender a los indígenas.
Luego de una
larga enfermedad, murió el 7 de marzo de 1572,
y fue sepultado, según sus deseos, en el real convento de Santo Domingo de la Ciudad de México.